
Introducción
El trazado térmico eléctrico es una solución esencial en instalaciones donde la temperatura de fluidos debe mantenerse dentro de ciertos rangos para garantizar la operatividad.
A pesar de ser una tecnología probada y extendida, su ausencia o diseño inadecuado sigue provocando incidentes costosos a nivel global.
Este artículo analiza cinco casos reales donde la falta de un sistema de trazado térmico adecuado derivó en interrupciones operativas, daños materiales o riesgos para la seguridad.
Estas situaciones ilustran la importancia de prever el congelamiento de tuberías o el enfriamiento excesivo de líquidos industriales, especialmente en entornos expuestos o regiones con clima severo.
1. El apagón energético de Texas (2021): plantas paralizadas por tuberías congeladas

Durante febrero de 2021, una histórica ola de frío azotó el estado de Texas, con temperaturas descendiendo por debajo de los -15 °C.
Este evento puso en evidencia la vulnerabilidad de múltiples instalaciones críticas, especialmente en el sector energético.
Refinerías, terminales de gas natural licuado (GNL) y plantas de procesamiento se vieron obligadas a detener operaciones debido al congelamiento de válvulas, sensores y líneas de conducción de gas y líquidos.
Muchos sistemas no contaban con protección térmica activa, ya que las condiciones invernales extremas no eran habituales en la región.
El resultado fue la formación de hielo en tuberías, pérdida de presión en circuitos de vapor, y bloqueo total en líneas de inyección y monitoreo. El evento provocó cortes masivos de electricidad, escasez de gas y pérdidas multimillonarias.
Este caso demostró que incluso en zonas consideradas de bajo riesgo climático, la falta de trazado térmico o la ausencia de planes de contingencia térmica puede comprometer por completo la infraestructura industrial.
2. Fallo del sistema de protección contra incendios en una planta química (Alemania, 2017)

En una planta de productos químicos ubicada en el norte de Alemania, el sistema de rociadores automáticos falló durante una inspección rutinaria en pleno invierno.
Al investigar la causa, se descubrió que varias secciones de las tuberías del sistema contra incendios habían colapsado por congelamiento, impidiendo el paso del agua.
El diseño de la red incluía tramos expuestos en exteriores y otros sin aislamiento térmico suficiente. A pesar de estar en una zona con inviernos predeciblemente fríos, no se había implementado ningún sistema de trazado térmico en esas secciones.
La empresa tuvo que cerrar temporalmente la planta para realizar las reparaciones, modificar el sistema y realizar pruebas completas de seguridad.
Este incidente dejó claro que el trazado térmico no solo se aplica a procesos de producción, sino también a sistemas de seguridad pasiva que deben mantenerse operativos en todo momento, incluso en condiciones climáticas adversas.
3. Colapso de redes de agua residencial en Reino Unido (2018)

El invierno de 2018 fue particularmente crudo en Reino Unido, con una serie de tormentas invernales que llevaron las temperaturas por debajo de los -5 °C en muchas zonas urbanas.
Miles de hogares sufrieron cortes de agua debido al congelamiento de las tuberías de distribución en viviendas y edificios.
Las empresas proveedoras reportaron roturas masivas en redes internas, provocadas por la expansión del agua congelada.
En muchas de estas instalaciones no se había considerado el uso de cables calefactores, ni siquiera en zonas propensas al riesgo, como sótanos, garajes y muros expuestos.
Los sistemas tampoco contaban con sensores de temperatura ni automatización para activarse preventivamente.
Los costos derivados del evento incluyeron reparaciones, indemnizaciones, y miles de metros cúbicos de agua desperdiciada.
Este caso mostró que el trazado térmico no es exclusivo del sector industrial. Su aplicación en entornos residenciales puede ser la diferencia entre una temporada tranquila y un colapso logístico con alto impacto social y económico.
4. Interrupción de producción por congelamiento de aire comprimido (Canadá, 2019)

En una planta de fabricación de autopartes en Ontario, Canadá, la línea de aire comprimido sufrió un congelamiento crítico que detuvo la producción por más de 36 horas.
El problema se originó en una derivación exterior del sistema, donde se había omitido la instalación de cables calefactores por tratarse de una ampliación reciente.
Las bajas temperaturas provocaron la condensación y posterior formación de hielo en el tramo afectado.
Este tipo de bloqueos es especialmente grave en líneas de aire comprimido, ya que el sistema depende de la presión y del flujo constante para alimentar herramientas, válvulas y actuadores en la línea de montaje.
La formación de hielo no solo impide el flujo, sino que también puede dañar filtros, reguladores y secadores.
La empresa tuvo que revisar toda su red de aire comprimido e incorporar trazado térmico con control automatizado en todos los tramos críticos.
Además, se capacitó al personal para identificar puntos de vulnerabilidad en futuras ampliaciones o rediseños del sistema.
5. Daños en líneas de proceso en planta alimentaria (Chicago, 2020)

En una planta procesadora de productos lácteos en las afueras de Chicago, una ola de frío a principios de 2020 provocó el congelamiento parcial de una línea de transporte de suero líquido entre dos áreas de procesamiento.
El sistema contaba con aislamiento convencional, pero no tenía trazado térmico debido a una mala estimación del riesgo térmico en esa zona.
El fluido comenzó a solidificarse en ciertas secciones, provocando sobrepresión en las bombas y causando daños en los sensores de flujo.
Se tuvo que detener la producción de varios lotes por contaminación cruzada y riesgo de presencia de fragmentos sólidos.
Aparte del costo de reparación, se perdió parte de la producción y hubo que hacer limpieza profunda en los equipos afectados.
Este evento reafirma que incluso en productos que no congelan fácilmente, los sistemas de trazado térmico son una medida de prevención que ayuda a mantener la calidad del producto y la estabilidad del proceso en su conjunto.
Conclusión
Los cinco casos presentados muestran que la ausencia de sistemas de trazado térmico puede provocar fallos operativos graves, con impactos que van desde paradas de planta hasta riesgos de seguridad o pérdidas de producto.
No se trata solo de evitar congelamientos, sino de garantizar continuidad, confiabilidad y control de procesos en cualquier entorno susceptible a variaciones térmicas.
En climas impredecibles o instalaciones con partes expuestas, la inversión en trazado térmico no es un lujo, sino una medida de control de riesgo.
Los eventos analizados demuestran que los daños por no implementarlo pueden ser significativamente más costosos que su instalación preventiva.
Planificar, auditar y mantener adecuadamente los sistemas térmicos es parte esencial de la ingeniería de confiabilidad en cualquier industria moderna.